NUESTRAS PIERNAS
Las piernas de mi madre se mueven al compás
de sus memorias
a veces,
la curvatura de su espalda
acompaña
otras, con el tamborilear de dedos,
adelgaza
al
ritmo de una tos inoportuna
una
mirada enrojecida, sin fiebre
tormentos de antes y después
Las piernas de mi madre se mueven al compás
de mis memorias.
Te vi en un
grafiti indescifrable
curvo
público
y escenario
tan fugaz desde el recorte de una ventana
de colectivo
urbano
tan herido
de indiferentes
único
Te oí en letra de discurso
revuelto
tan perenne, eco de un valle
encantado
melodía
y partitura
tan repetida en
un casi monotono
disonante
Te
palpé en la hoja de un árbol
otoñal
caída
y sobrevolada
tan ansiosa de otra estación, quizás
primavera
tan vulnerable,
siempre, al viento y al
huracán
Te
probé espesa en el mar interminable
salado
tan en su profundidades
voraz
Te olí
en el salitre quejumbroso
ondulado
tan sudoroso en arenas
clandestinas
hambre y sed
tan
insaciable
Te
sentí tan mío desde tan afuera
entonces, te puse letra
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