CRECIENTE Y MENGUANTE
I
Noche en la noche
luna mecida al arrullo de una rama
en diálogo con el viento.
II Piel de agua,
silenciosa
recorre tu ribera
en
tenues reflejos.
Y la noche
obstinada.
Y el frío obstinado,
avanzan.
III
territorio
enigmático y bello
del cielo
a
la sangre
de tu
cintura plata
rueda la boca
la madrugada,lenta.
IV El abrigo
escaso
va por
tus heridas.
Y yo soy polvo
que trae el viento
y en el escurrir del cauce
la luna cae
rendida.
V Se animarán
tus manos de agua
dormida
como una nueva luna,
noche tras noche
despierta sin arrullo.
A
LUCAS, EL REY
A Lucas Menghini Rey y a todas las víctimas
de
la corrupción.
De
puro plebeyo
esa mañana
un
rayo todo estremece
en ese
rincón azul
es un puñal,
un fuelle que desafina,
cuerpo
en un
tiempo ya sin horas.
¡Qué
ironia,!
odiosa,
impune
como
graznido de cuervos.
Cae a pedradas la tarde
hombrecito de hojalata
ya no
rima vía con vida
es
dolor la resistencia.
Para el poema
hay que volar lejos y
alto
Serás estrella que guia o tal vez
barro
contra
la dureza en las almas.
El viento trae agua clara
del más profundo;
pájaros, tus manos
música hilarante, tu voz
madera roble el sendero
De noble...tu corazón.
anochece justo a media noche.
El
INTERIOR DE SU NOMBRE
A mi viejo,doce años más tarde,
en
un abril y lunas.
Cómo
escribir
si el ocaso, cada día.
Cómo
pensar
si una
llaga fría,
- puñal de incesante lluvia-
busca su rastro.
Torrentes de letra
en las heridas
cerradas
ojos que besan tan cerca,
boca
de lejos, que mira.
La
ciudad en sus raíces
anida letra rota
Silba el viento sin ventanas
por un sendero de brasas
letra seca anda mi cuerpo.
Desciendo con premura
hasta
encontrar el día en su nombre.
¿Dónde, los ausentes?
¿Cómo, en un rincón del poema?
DESPERTARES
Él prolonga
el vaivén
mientras
descansa,
ligero
roza los labios
todo su cuerpo
desnudo en las manos
Ella - mientras
duerme,
cielo esparcido afuera-,
reseca
al viento su furia
en olvido.
bajo este péndulo,
la memoria acaricia sus cuerpos.
Ellos
soñados,
otros.
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