jueves, 30 de mayo de 2013

El caníbal glorificado, un poema de Pablo Cecchi, mayo de 2013

El caníbal glorificado




La gula del titán Cronos
lo llevó a comerse a sus hijos.
Del trono de los cielos
despojó a su padre
con suma ira
-a pedido de su madre-
se encegueció,             
Más tarde cayó,
en su descendiente.
-¡Qué linaje endemoniado!,
                     
                        Ahora, mirá,
su supuesta mente divina
es una contradicción.
Y los griegos adoraron
a ese dios caníbal
por mucho, mucho tiempo

¡Estúpidos!
Los romanos también
lo llamaron Saturno.
A sus vecinos helénicos
robarles fue fácil,
les quitaron      
e impusieron la saturnina.
A todos,
ni uno solito se salvó.
No fue suficiente,
levantaron estatuas inmensas,
inquebrantables.
Hoy,                            
no cambia el nombre del astro.
Ni detiene su gula.

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