A
UNA , SIN TIEMPO
I
Remuevo los hilos,
en los pliegues.
Un velo
se corre:
El almendro habita allí desprevenido.
Pedacitos
de soles han sembrado su pelo
en dorados.
Por su boca
-bella daga-
la luna murmura senderos.
Como
flor de luz que retoña,
donde ya no estaba,dejó hilos.
Cerca, desde tan
lejos.
A su paso, el aire pliega de placer
II
La respiración se
acelera.
Bebo ese relente
tibio.
Voy de mi mirada a tus ojos.
En el crepúsculo,
el silencio grita
de manos y
hastío.
te extraño y
escribo, casi sin respirar.
muy bueno, ricardo! me encantó!!
ResponderEliminarHola, Ricardo,me llamo Horacio,alumno de Gabriela,muy bueno tu poema me gusta mucho,te felicito.Además de agredezco por tus concepto sobre lo que escribí,me alegro que te haya gustado,de mando un abrazo!
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