Mi perla
I
Engarzado al
tiempo del abismo
rompo todos los relojes.
Escupen sobre las cosas
los
dinosaurios,
pero
mi perla.
Unido a cientos
de cadenas de favores,
las
agonías atrapan.
Sueltan amarras sobre mi
cabeza,
aplastan, grito,
resquebrajo la memoria
con las dos manos,
pero mi perla.
Abandono las penas, pobreza, aliento,
mi casa. La
gente en los facebooks se va
y
también la de la calle.
Deambulo sin rumbo,
pero
mi perla.
Alcanzo las
cumbres más bajas.
Hileras de callejones sin salida,
marquesinas al
huracán de la noche.
Todas las banderas
sueltan
sus colores al
aire gris.
Mi rata blanca pasea por las
avenidas,
escucho
el
caer
de las hojas
Alguien con gentiles manos me levanta.
Canta
en la tormenta.
Trae un cofre
con sueños de esmeraldas.
Al lado de la
luna, del sol, de cada astro
no hay nada.
Sobre
la tierra,
los ríos,
los mares,
nada, ni nadie
Los
bosques están solos,
y mi joya perdida.
II
Hay enfermos de odios
en las cálidas oficinas.
Bajan
sobre terciopelos,
órdenes
para
ecuaciones infinitas.
Viejos
y viejas a la intemperie,
Grandes
calvas, sin dientes,
jóvenes de
piel arrugada, rojos en la locura,
entran a bulevares, casas y
tugurios.
Dan billetes por
una hora de felicidad.
Los obreros
tristes, de manos ajadas,
oprimidos por
las máquinas de triturar cerebros,
corren.
Caen
del cielo las monedas de los directores
de orquestas.
Tiran perfumes al aire, corbatas de
seda.
Bostezan, reparten estatutos. Pero en la media
noche gritás, con la mano en
tu alhaja:
¡Pero
mi perla!
Afuera vagan los perros, los cartoneros
muertos de frío,
Mi madre, tan delgada como una hoja de
maíz, pide pan.
Se
escuchan los cuervos graznar sobre las iglesias,
cárceles. Los huérfanos van hacia sus tumbas A. un costado
izquierdo
derecho
vacío
No llores
Nadie te salva.
III
Un niño juega
su corazón
quema como el sol
la torre de Babel
hecha de cartas,
Muestra todos los caminos de nuestras
sombras
en la arena.
Sopla al viento
la suerte de las frases.
En la tempestad,
las voces, las olas
arremolinan.
Encuentro a mi perla,
su sonrisa estalla,
ilumina de noche a
noche
Y, en el fondo,
rompe
el día
el silencio y las palabras
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