Estado de mar
Oleándote así, con mis dedos, me
balanceo sobre tu cuerpo arenándose a mi piel. Y, entonces, nos espumamos en
la orilla, nos salpicamos en las rocas, nos playeamos en maremoto. Embravecidas se baten nuestras
lenguas, se rizan, bucean extensas, en salinidad.
Y, una vez más, nos inundamos en la
mesopelágica zona. Peces que agitan sus
azules, acantilados uno sobre la geografía del otro.
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