Hoy no pienso estar viva todo el día
Hoy
titubeó antes de entrar. Se quedó seca,
las lágrimas de alegría que sobrepasaron
mis tropiezos rosados y anclaron en lo alto. La charla con Cristóbal me
revolucionó, (espero que sea revuelo y no conquista).
Se huele, es aire fresco.
Reír y llorar.
Llorar de la risa.
Vivir de otra manera,
al filo y adelante…
La noche llega rápido, los
aplausos en el corredor de la casa de Clara la despabilan, la voz y la penumbra
ensombrecen la pregunta. Los diarios de la semana pasada ¿dónde estarán?,
¿quién podrá decirme si están bien o no?, ¿quién corrobora las palabras de
ayer?
Clara despide a la vecina, sus
gallinas prolíferas hacen festejar con budines y flanes, el aroma a caramelo
pasea por el barrio. Las conversaciones juguetean pero Enriqueta no
aparece.
Juanita, con enojo, dice
-Hoy no pienso estar viva todo el día- La torta se le quemó
y el puchero no tiene el apio necesario, pero ella sigue aguerrida.
Clara se enteró por casualidad. Los
pasos desprendieron la pregunta y la respuesta irrumpe. ¿Enriqueta?, yo creo
que murió hace unos meses.
La noticia explota en las manos llenas
de ganas de hacer. La vereda se lo contó, sin embargo, ella no
escuchó. Hubo pistas regadas en la calle, tierra, ventana cerrada, planta sin
mucha agua, aroma a soledad y nada bastó para descubrir.
Hoy titubeó
antes de entrar. La pr´xoima vez que la vea venir, con sus aires de siempre lo
mismo, le cierro el paso con sus propias lárgrimas secas. Obstinada y bella
soledad.
IMPRESIONANTE!!!! GENIAL, GENIAL, GENIAL!!!!
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