viernes, 13 de julio de 2012

Textos de César López Osornio, Julio 2012


¿Escuchaste lo que dicen de Dalmira?, Osornio, cada día está más linda. Hace tiempo que no se la ve así, me dijo Stoppelman. Dicen que la vieron salir de noche. ¡Te imaginás!, Osornio, Dalmira saliendo de noche. Con el marido en La Gama. Como dijo Anselmo, fumemos que el humo nos hace ver las cosas con otra perspectiva. Este lugar es ideal para ver la vida del pueblo. A pesar del humo, ¿viste, Osornio? Yo trato de no fumar, pero cada vez que vengo, no sé, acá hay algo, tal vez el humo. Puede ser el humo, me dijo Stoppelman.
Pero como te decía, ¡Dalmira, qué mujer!  El día que se casó hicieron cola para verla. Yo la vi. Recorrió el pueblo. Parecía una procesión,Osornio. Pasó un mes y seguían hablando de ella. Imaginate,  piel morena,  ojos claros. Las mujeres de envidiosas, y nosotros, ¡qué espectáculo, Osornio! ¡Lástima! Tendría que haberse casado con otro. Él no está nunca, dijo Stoppelman. Dicen que ahora se le dio por fundar un pueblo. Yo no sé, si fuera él, no me muevo de su lado. ¿Fumás?, dale Osornio,  mirá los tipos de al lado. Fuman que te fuman, dijo Stoppelman. El humo me gusta ¿sabés? Tiene algo de misterio, de sueños. ¡De secretos, Osornio! Como te decía, la vieron salir de noche. ¿Familiar enfermo?, no tiene. Hace  años, muchos años, la besé. Allá, justo atrás de aquel árbol.  Nadie lo sabe, me dijo Stoppelman, Me enamoré perdidamente. La enviaron a Buenos Aires. Tal vez ni me recuerde. A veces creo que sabe que estoy entre este humo, como en un sueño. Me confieso, Osornio, vengo a verla. Y la espero hasta que vuelve. Dulce veneno embriagador, caricias de humo que desbocan mis pensamientos. Sigo enamorado, Osornio, nunca la olvidé. ¿Sabés que es lo peor?, me dijo Stoppelman,  lo peor es que sigo esperando. Esperoun milagro que la traiga hacia mí. La busco, la llamo. Me gusta venir acá. Humo, cigarrillos, historias entrelazadas. Mirá aquel tipo parece una chimenea, desde que entramos no dejó de fumar. Ahhh, Osornio si pudiéramos leer el humo. Tarda media hora y vuelve. De Dalmira te hablo, Osornio. Al principio pensé que no podía ser pero, a medida que pasa el tiempo, me convenzo cada vez más. Dicen que sus salidas empezaron hace cuatro meses. Justo cuando volví al pueblo, me dijo Stoppelman. Creo que voy a enloquecer. ¿Te dije que vengo a verla todos los jueves? Es el día que ella sale. ¿Te cuento un secreto?, estoy casi seguro. Podría jurar que me busca entre el humo. Luego camina hasta la esquina. Un día de estos la sigo. Con tanto humo, ¿vos crees que me ve? Ahhh si pudiera leer el humo. Yo le escribo. Le escribo versos.
No hay uno en el pueblo que no esté enamorado de ella. Los veo, se paran para verla pasar. Yo, en cambio, muero por su aroma. Cierro los ojos, puedo olerla. Aun ahora, entre todo este humo puedo sentir el perfume de su piel. 

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