lunes, 13 de octubre de 2014

Ensayo sobre el espectáculo "Con un tigre en la boca", por Magdalena Mirazo, octubre de 2014

CON UN TIGRE EN LA BOCA

Entre la poética del amor y la del desamor,  desde el abrazo más íntimo hasta la soledad más profunda (si se hizo tarde para escapar): así se mueve “Con un tigre en la boca”.
Cada actor funde su imagen con la palabra del autor y consigue entregar una máscara perfecta.
 Las escenas se convierten en situaciones reales y se siente un estremecimiento cuando la experiencia  percibe cada situación como posible.
El ojo ve la oscilación de la felicidad al estrago, a tal punto, que  el espíritu rebalsa en cascada o implosiona.
El amor , ¿justifica el existir aunque no sea correspondido?


“¿Que haré con este corazón?
¿Derribarlo a mentiras?
¿Ahogarlo con palabras?
¿Tirárselo a los perros? [...]”
                      Jorge Boccanera

                  La pregunta del alma en carne viva imposibilita siquiera  imaginar el día en que ya no duela. Un aullido, un pedido inútil de socorro.


“[…] palabras arrojadas contra el acantilado de sus ojos
cuando lloro desnuda sobre un espejo roto
reina de lo imposible
mujer a la que nunca habrás de regresar como se
vuelve al barrio
por eso escribo en tu memoria
con la sustancia espesa del dolor […]”
                                                                 Patricia Díaz Bialet

                Con la esperanza rota. Con la desesperanza. Con lo que queda y no se puede definir,  ni explicar, salvo como una “sustancia” lastimosa y densa que no escurre. Y corroe.


[…] y es un beso de sal sobre la llaga
todo el tiempo que tarda el corazón
en dejarte partir […]            
                                            Laura Yasan

¿Cuánto es el tiempo? ¿Cómo es el tiempo del amor? ¿Cuánto mide el infinito? Ese es el beso más largo. El olvido no alcanzará nunca al amado.

Para pasar casi sin pausa del dolor al deseo, al nuevo deseo, como en la vida.

[…] porque por ejemplo
 yo
con esta cara de humilde palomita de lástima
es lo que le ordeno:
inmersión de nata y entrepierna tibia
actitud de escolar amedrentado
le exijo más y más paseo púrpura y hervor de latidos bajos
más antebrazo de bronce que se cuele
o le explico:
así como respiro cuando corro,
así voy a respirarte la poca piel que te quede sin untar cuando te toque
así voy a exaltarte los pómulos con la brasa afligida
así me voy a ungir de vos aunque no te roce.
                                                                                             Patricia Díaz Bialet


“[…] Siempre habrá un ocultamiento de la luz en el día, para
 que no se note la trampa ni el espejo[…]”
                                                                                Juano Villafañe

Por eso el silencio ocupó la sala al finalizar el espectáculo.
 Demasiadas sensaciones se amontonaban y pujaban un cada propio día.
Desiertos en los que el tiempo sobra y es brasa de amantes.

Hasta que, al fin, el alma se contuvo perpleja, para luego soltarse y disfrutar del torbellino de palabras de amor que, en una danza, a veces suelta y  otras abrazada apasionadamente, rugía como un tigre.

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