jueves, 10 de octubre de 2013

Nuevos poemas de Melisa Ortner, octubre de 2013

De cuando el ovillo era el objeto del gato

Si rueda al paso
ovillo en  lana violeta
es porque yo misma
  tejí
dentro
   alfileres
              en cuerpo.
Es que lo veo
 -redondel telado-
al  hilo juguetear
  los gatos.
Y es baile
 de matices rosados,
consume
   frío
y rinconea
el algodón retorcido.


Si viene a mí
ovillo pompón,
           - ola de pañolenci fileteada-
es porque lo prefiero así
tan enrejado
 en su mismo
juego.


Y el ovillo se hizo pieza en tu cuerpo perfumado

Ya advertí
las veces que te fuiste:
El pulóver será tuyo 
   para los dos.
Lo tejeré a las 3 am
cuando no haya más nadie.
Lo bendeciré con  Henno de Pravia
para contemplar
  el vaivén, las lanas
erguidas en su eje,
anudada violeta y rosa,
 tan estirada como
recubierta de piel
Yo te lo advertí:
muerto el ovillo,
  la pieza vestirá lanada
-a la mañana siguiente-
cuando vuelva
tu transpiración
 en sal
y colonia de abuelas.


Los deshechos deshacen las pieles de lana ovilladas

Así te quise
 tan suelto de ropa…
y pensar  que la lana
encarcela venas,
y los huesos calmos
sedientos de aire.
 Mientras,
el ovillo
deshecha
el  violeta lanar
 y puede
la libertad
 en  mi cuello.
  Ahí
ovillo olvido
abrazo el desteje hielo
y  camuflo el violeta venar:
       lanadamisma
es  tu piel desnuda.
 Lo prefiero así
para vos ahora:
deshilacharme los ovillos
 hacerlos cuerdas
   y nudos
para siempre.

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