La
muerte
Fugaz
eterna
te
recuerdo en capas
mujer valiente
extraña
represalia te di
miro al lado
donde
no estás
alegría sol
Mitad
latente
desolador el crudo paisaje
en tu vientre
una mitad de mí te dice sí
Hombre de piedra, esquivo
un
recuerdo gris
miras
atrás y tus jaulas me abren
al territorio cierto; no hay:
negación
olvido
ternura
Quien sabe tus palabras.
Menos
yo, tu tierra,
tu
caudal,
tu
ausencia, yo.
Esos no hablan de mí
desarman
tu gran altivez en fracaso
sus
piernas corren lento
carne
tiesa tus penas reminiscentes
tu quieta circunstancia,
ellos
van
tus ideales
mujeres cruzan
tu
vieja añoranza
En la calle que da a mi enorme portón
de
lata
aquí está, como tus mujeres
esta
duda que camina en los pasillos y me dice:
“Por
fin, muere”
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