DESFIGURAS EN LA NIEVE
Invade,
brillante
de rincones,
la casa.
Oscura
ciega
la nieve al sol.
Siluetas
y nada
más.
Apaga
-tan eficiente-
todos
los fueguitos,
De la flama,
restan brasas moribundas,
Una
a
una,
y nada más.
Castiga
tensa,
el pecado
de la penumbra.
Solo en la voz oscura
hay fijeza
Solo ahí, donde
te
alumbra.
Y nada más.
Y finalmente…
Teme
- mendaz-
Pues lo sabe,
nido sin pájaro en mí,
nido sin pájaro en la alborada,
corazón latente
espera.
Y nada más.
Y la
mano amorosa
acaricia,
en roce tierno.
Y el
amanecer llama
en remolino
párpados,
y pestañas,
Ojos bien abiertos,
al filo
del brillo nocturnal
de abismo en la noche blanca,
destapan.
Y la luz oscura, brillante
cegadora,
se encandila
como nieve en el agua.
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