La separación de Stanislaw Grochowiak
esta
zona blindada
a las certezas
derrochadas en los
intercambios falaces
del día
Anatomía de la noche. Claudia López
Stanislaw en su
poema “La separación” propone la
medianoche como emblema de algo que nunca acaba. Tendencia, acontecer, un todo
que está siempre “casi” por terminar”. Tendencia, porque se aproxima siempre a
lo mismo, se puede hacer una analogía de
la representación del concepto de infinito realizado por Arquímedes. Avanza
hacia algo, pero nunca llega.
La medianoche cobra distintas formas, nunca llega a ser
del todo. Completa, quita, se transforma. Pero no permanece. Tiñe, muta, se
emplaza. Pero nunca llega a ser. Las separaciones amorosas tienen una forma
parecida a la medianoche. Casi nunca se termina algo del todo. Ya no verá la
medianoche, la verá en el mundo, en la muerte:
Debe haber una medianoche
que ya no veré,
la medianoche del mundo
y la de veinticuatro horas.
El tiempo y el espacio hilvanado
con la única estrella,
bajo la cual tan sólo
que ya no veré,
la medianoche del mundo
y la de veinticuatro horas.
El tiempo y el espacio hilvanado
con la única estrella,
bajo la cual tan sólo
ha nacido la muerte
El olor de la medianoche yace
en los oídos de los muertos,
en las narices de perros pasmados,
en el sinfín de la nieve
y en las medallas de porcelana
por las que se asoman los niños,
quietos al fin.
en los oídos de los muertos,
en las narices de perros pasmados,
en el sinfín de la nieve
y en las medallas de porcelana
por las que se asoman los niños,
quietos al fin.
El sabor de la medianoche pegado
a la mano aquella.
Cuando la toqué sabía a hierro
bajo un soplo de frío.
Desde entonces huyo a media lengua,
desde entonces
balbuceo.
a la mano aquella.
Cuando la toqué sabía a hierro
bajo un soplo de frío.
Desde entonces huyo a media lengua,
desde entonces
balbuceo.
La medianoche
será de los amantes, de los “otros amantes”. Será palabra, será objeto velado,
transformado, cobrará formas diferentes, efectos distintos, mutaciones. La
medianoche será quien vele por el poeta, le dirá que el amor aún es, le dirá
que ya no hay por qué preocuparse porque hay mucho mundo en las cosas: mucho
mundo en el mundo. También le dirá que el mundo y las cosas pueden volverse
horribles fantasmas y hasta en finales, ruinas y puertas tapiadas. Deseará que
la medianoche lo ayude para no odiar a los amantes: el poeta volverá el mundo tiniebla si lo quiere, para volver a parir la
belleza.
para los amantes —el mismo afán
que para los muertos
La alcoba del amor que sea velada
con terror a Dios
Prohibido el acceso a los niños
Para los amantes —fúnebres en la dicha
el mismo atuendo
Antes de que se tapien las puertas,
se atranque la tierra,
el satín más pesado sobre sus cuerpos
se corroerá
que para los muertos
La alcoba del amor que sea velada
con terror a Dios
Prohibido el acceso a los niños
Para los amantes —fúnebres en la dicha
el mismo atuendo
Antes de que se tapien las puertas,
se atranque la tierra,
el satín más pesado sobre sus cuerpos
se corroerá
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