EN MIS OJOS
I
El gris-celeste se impone
Alto en mi vista
las nubes desgranan
sobre
el acero su intangible.
Sobre
el perfil celeste se escalonan
hacia arriba
y
hacia abajo,
edificios
Bajo la mirada a una terraza antiguahenchida de
verdes,
vacila el viento en mi
balcón,
entre las hojas del ficus
mientras las ramas desnudas
del ibirá pitá esperanque llegue.
II
De la mano de la primavera,
brotan
mesita y sillas. Así, se asoman
sobre Carlos Calvo.
Vuelvo a mirar:
Las copas de los árboles
nacen del vientre de la manzana,
palomas
van y
vienen
en
diagonal,
Saludan algunas
antenas de televisión,
muestra antigua, como
Muñiz se pierde hacia el Norte
y, a la derecha,
una
palmera
Y el ocaso no llega
III
la luz del sol brilla, suave,
entre las nubes
El aire, todavía,
respira descanso,
el gris
desgrana
en lo alto.
Desde el vientre de la manzana nace,
el verde libre de tus ojos. Me saludás con una rara reverencia, mezcla de
antiguos respetos y actuales ironías. El vaivén de las copas de los árboles
acompaña el de las palomas. ¿Llega el
ocaso? El gris-celeste funde mi vista, en busca de nubes, granos de intangibles.
Arriba y abajo, la escalada de edificios me interrumpe, anhelo tu mirada. La
primavera se asoma sobre Carlos Calvo y se pierde por Muñiz, hacia el Norte. A
la derecha, una palmera me habla del pasado. ¿El ocaso llegará? Espero la joven
brisa que vacila mientras, alto, se mecen antenas de televisión. Muere el día
en el vientre de la manzana. Tus ojos, negros, no me miran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario