domingo, 12 de julio de 2015

MORDER EL ANZUELO, un poema de Ricardo Varela, julio de 2015


MORDER EL ANZUELO

Crepuscular. Lleva en su mirada la tarde a fuego en su cintura. Su pecho aún ahueca la huella de mi descenso. Gráciles ríos ceden a mi sombra. En ciernes, el sortilegio en su figura.
Un anzuelo que devora la razón, piel sobre piel enraizadas; pudores idos.
Fugan de las savias y, así,
                 náufragos sin orilla,
                           y pies de luna bosquejan la noche borra nombres y oculta rastros.
       Uno a uno, los sonidos duermen  ramajes de una noche en tránsito.
      Dolor de raíces. Ya lejos de los cuerpos, la efímera ardida crepusculea el alba

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